Por largos momentos ella se sienta a pensar qué será de su mundo si fuera tal, si dejase de ser la extensión del mundo de los otros, si su yo fuese el yo que busca, que lo sabe suyo...
Encarcelada en sueños truncos, en proyectos de rosa que nunca pintó, en algún futuro soñado por otros y nunca hecho para ella. Convive en su mente con un arquitecto sin planos, el cual no sabe lo que es copiarse y sólo construye mientras pisa tierra firme. Suelo que pisa lo analiza y penetra; aquí sí, aquí no... así y todo aún no encuentra lo que siente propio, aún no sabe a dónde ir.
Amó el aire a sierra y amó el aire a mar, amó la piedra con la arena en sus pies, amó la paz y la multitud, en todos lados vio esbozos de ella pero aún no encontró aquel espejo que la refleje cuerpo entero.
Hoy piensa y piensa...carga y descarga su mochila, y muere por correr a conocer más tierra, por encontrarse, pero aún no, o eso parece. Aún no puede, o eso se dice. Piensa que tiene miedo, porque sabe que corre descalza y no llegará tan rápido como los demás, no tan alto sin desangrar. Teme porque no tiene todas las herramientas que supone necesitar, o tal vez se disfraza de pretextos porque tema partir...hasta que sea el momento...
