jueves, 30 de diciembre de 2010

Espontánea nocturna IV (Juego desvelado)

Impulso interno que empuja, con ese inexplicable vuelo, a la gente a encontrarse cual planeado hecho.
Encuentro empapado de obvias miradas, llenas de frases hechas, indecisiones, dudas y. hasta en ocasiones, miedos.
Miedos, que generan que ese encuentro necesariamente sea casi casual, como si una brisa fuerte te empujase de un lugar y te llevase al arrastre, cual madre a niño empacado, hasta encontrarte con sus ojos que… causalmente, se encontraban allí dispuestos a toparse con tu mirada esquiva.
Mirada esquiva, porque sabe que es obvia y planea desaparecer en ese instante de completa sinceridad.
Sinceridad que acobardó, apareció espontánea, pecheando al miedo al instante, invadiendo sus ojos y empujándola a grandes abismos.
Abismos, que no eran tales, por momentos eran gigantes cuando él, en apariencia se alejaba, pero en otros, eran abismos de a mentiritas, diríamos.
Diríamos, lo que entre ellos quisieron decirse al momento del encuentro, imposible, total enmudecimiento, movimientos torpes, miradas irrepetibles, palabras bastón constantemente, y energía imantadora.
Imán, que atrae como aquel impulso interno que empuja, con ese inexplicable vuelo. a la gente a encontrarse cual planeado hecho.

martes, 28 de diciembre de 2010

Huequitos


Hoy los espacios se ven extraños
en descuido, empolvados
vacios....
Vaciós de sentido,
de ganas de ser,
de lucirse,
de seguir siendo míos.


Hoy es raro seguir ahí
se estancó parte de un sueño,
y tropezaron ansías que detrás marchaban.



Hoy se detiene el tiempo ahí
son raros los miles de recuerdos
y ni hablar las cientos de huellas,
es rara su procedencia,
pero allí están,
ocupando esos rincones,
que ya no quieren ser tales,
que quieren silencio
y soledad.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Uno

El encuentro de dos en uno
como vicio en que se llaman
como imán inevitable.
Después del roce, la caricia
el fulgor, el abrazo,
intensos uno a uno
propios, suyos
liberan al cuerpo que sólo va
emanado por la pulsión,
a hacerse uno, los dos.
La misma figura que va y se conecta
se queda, quiere
se aclaman
Y allá
se apegan quedándo en cada hueco tu espacio
buscando interacción
como dos hebras enroscadas
voladas por un mismo viento.
No se sueltan, no temen
es ahí cuando no temen.
No hablan
sólo se miran
saben lo que pasa
pero el viento los vuela y allá van
sólo van
emanados por esa fuerza inexplicable,
que no los suelta
y cada día es más intensa,
y cada día es más libre
y cada día asusta más.
Espanta, aquieta
pero vuelve una y otra vez.
Los vuelve a unir y allá van de nuevo al giro
a pegarse y seguir,
ser uno en movimiento,
ser uno en su pulsión.
Fusionados en su esencia.
Uno.