martes, 19 de noviembre de 2013

Voz de río II

Veo y pregunto, me pregunto; ¿Qué es la inmensidad?, pareciera algo inalcanzable, algo que por más que  estiremos los deditos a su máxima extensión, jamás podríamos tocarlo.
Miró hacia un lado y luego hacia el otro y no hallo el principio ni el fin.
Es algo que aunque no sepamos de que se trate, sabremos indudablemente que será bello.
Al mirarla nos deja inhóspitos, pero al instante nos da paz.
Pelea con su ambigüedad.
Yo creo que el río es inmensidad.
Veo en su manto una gran cama que me acoge y traslada.
Da paz sin consultar.
Conversamos largas horas en silencio y me abraza. Me pide continuar.

Voz de río

Al correr suena como eco lejano,
envolvente, suave, ligero.
Lo veo a él y sus miles de gotas unidas en ese hilo,
que se hace cada vez más grande
hasta convertirse en un gran brazo que juega entre las rocas,
Se esconde entre huecos,
juega a ser y no ser
aparece por sobre todo y luego se hace chiquito,
juega a empujar rocas inmóviles,
a caminar ligero y abrumarse
para luego volver a su paz silenciosa.
Se aleja a prisa.
Es inmensidad.
Habla, emana, respira su inmensidad.