lunes, 5 de diciembre de 2011

Un circo sin risa (Cuento espontáneo)

     Esta historia que se cuenta es sobre un gran animal, para los humanos la palabra animal suena algo temerosa, hiriente y es así cómo dejo sonarla ahora. Animal.
Este personaje, no era un Animal en hábitat natural, de hecho  se cuenta que fue expulsado de aquel hábitat por considerarse inapropiado e inorgánica en su especie. Sin irme por las ramas, voy a seguir contando. Nuestro aquí presente personaje, era un Gran Animal de Circo, el viejo León del Circo.
   
       El viejo León, Se había refugiado en los toldos del circo, cuando estos se iniciaron, en verdad al ser rechazado por su especie, fue su único refugio y un espacio para sentirse fuerte. Con el tiempo el circo creció y se llenó de gente, día a día la gente asistía más y más feliz, antes de entrar, un gran hombre de traje les obsequiaba una Sonrisa auto adhesiva para utilizar dentro, nadie podría entrar al lugar sin llevarla puesta.
   
       El circo de las sonrisas auto adhesivas continúo su trayecto, no sé si creciendo, ya que sus toldos eran siempre los mismos, viejos, desgastados, con parches, pero eso sí. Año a año se los pintaba de color diferente, para que los nuevos no lo reconozcan e ingresen al mismo con sus sonrisa totalmente plástica e irreal y la ilusión de reír.

              Dentro del circo nada era como parecía, había colores sí, y muchas canciones y puesteros vendiendo su show. Pero algo allí se tornaba extraño...

             Con el tiempo, los toldos del circo dejaron de pintarse y los miles de puesteros comenzaron a desaparecer, ya no había tantos atractivos como al comienzo, y sólo persistían  los túneles dónde pocos sabían que pasaba. Ante esto, los payasos, titiriteros, acróbatas, y malabaristas, todos nobles trabajadores, se dirigieron ante el viejo León.

-Oye Macrovat, algo raro está sucediendo, ¿Tu sabes que pasa?.
- No, el circo crece día a día,no veo de que se preocupan, y la gente sonríe a más no poder.
- Sí, es verdad, pero no vio que han desaparecido puestos y los toldos están muy opacos.
-A no preocuparse, nada que un día soleado no lo solucione. Respondió, dio media vuelta y se hecho a descansar.

         Los nobles trabajadores, no se quedaron contentos ante la respuesta del Viejo León Macrovat, y se animaron a recorrer los túneles oscuros.
Se reunieron todos una noche, el cielo repleto de estrellas los acobijaba.. cuando estaban a punto de ingresar al túnel del misterio, Macrovat los descubre sorprendido.
- ¿Qué hacen que no descansan? Vengan todos conmigo a cenar.
 Los malabaristas pasearon palabras diferentes y no supieron que decir, al igual que los acróbatas. Los payasos sonrientes acompañaron al grupo calmando a los más nerviosos. Los Titiriteros en cambio, sacaron sus marionetas eh hicieron al Viejo reír. La noche pasó, todos un poco sorprendidos de la serenidad de Macrovat.

       Pasaron más noches y comenzaron a desaparecer los payasos, y con ellos las risas y los colores. Esto alarmó más a los demás y volvieron a reunirse, está vez sin titiriteros.
Decididos y sin ser vistos ingresaron al famoso y temeroso Túnel... Poco puedo contarles de lo que vieron allí, se dice que había restos de humanidad, verdades en cofres cerrados, cartas sin abrir, colores borrados con agua, manchas negras indelebles, cabezas plásticas, sonrisas auto adhesivas, mentes enjauladas y todo lo que uno se libre a imaginar sobre lo que la crueldad puede hacer en alguien.

       Ante esto sin duda corrieron a enjaular al viejo y tirano Macrovat, una vez cerrado el candado se reunieron a conversar.

      Estaban sentados en un gran círculo, bajo el manto de estrellas, de pronto el círculo creció cada vez más, reaparecieron payasos, risas reales, colores, y grandes desiluciones y verdades.Descubrieron que el Gran viejo mentía, que su sonrisa también era auto adhesiva, que desmenuzaba almas débiles transformándolas en maquetas de relleno. Que se alimentaba de sonrisas logradas por otros y que jamás amó a la gente de su circo... sólo ocupaba su espacio.


    El próximo día sería el final, se dignarían a conversar con aquel cruel y tirano. Frente a la Jaula, quedaron estupefactos de ver que el viejo... de quien quizás conservaban una esperanza de estar equivocados, había desaparecido.

   No se sabe si alguien logró atrapar a Macrovat, ni si continúo dañando circos ajenos. Lo único real es que de tal desilusión el circo volvió a nacer bajo un nuevo nombre, sus toldos se renovaron, se lleno de gente y los más importante... No hubo nunca más una sonrisa que no sea real. El circo Sonrisas nació avanzando y nunca dejó de crecer.