miércoles, 18 de marzo de 2009

como de niña

El cuerpo de ella es frágil, flaco, huesudo, y en descuido. No podía hablar maltratado por la mordaza, el no podía llorar, no debía, brotaban sus lágrimas por dentro. Sus hombros pesaban, sus piernas cortas y amplias almacenaban las tenciones que todo el cuerpo hacía bajar… sus pies actuaban de traba forjándose fuertes y sellándose para no intercambiar tensiones con la tierra.

Hasta que un día gritó fuerte, sus piernas se extendieron, de sus pies brotó fuego y sus manos tocaron casi el cielo, saltó alto…alto y rió eufóricamente…se liberó…

Ella ríe en silencio, y llora si quiere, se enoja fuerte y se amiga otra vez, baila, salta la soga, corre a esconderse y saltar a cafúa, es feliz porque supo hablar.

Sus hombros pequeños no llevan nada y se entregan a ser resguardados, sus manos temblorosas escriben y crean, y sus errores tan sólo inventan, sus piernas danzan, y corren, sus brazos abrazan fuerte y su boca besa… ya no imita, da besos gordos de cachete con todos los sabores y colores, sus pies se sienten y mucho, cada punto de su trapecio de equilibrio se percibe fácilmente y ella los oye. Camina descalza bajo la lluvia cerrando sus ojos, percibiendo cada gota que la roza y salta charcos en alpargatas blancas…sin peros…sin trabas… como de niña otra vez ella ríe de lo pequeño y se entrega al mundo desde su nuevo yo…

Como de niña, como de mujer niña, o anciana en cuerpo chiquito, como sea…es feliz.

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