Hay un momento en que uno ve distinto
ya no se tolera un capricho igual
y la duda no se espera tanto.
La música te acaricia en verdad,
y los problemas dejan de ser un estracto.
La sonrisa supo forjarse
y las lagrimas comienzan a seleccionarse.
De a poco caminás firme
conociendo tu piso y sintiendo sublime
una nube de ganas de estar donde estás,
Llega un momento dónde la risa es real
y el llanto casi mortal.
Dónde ya no importan las dudas de vida
y todo es un viaje de ida
Dónde no se aceptan berrinches
ni emociones erróneamente infantiles.
Simplemente en un momento
que llega
llega y queda
siempre en un momento.
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