lunes, 9 de diciembre de 2013

Sexo: Mujer.

-¿Nombre?
-María.
-¿Sexo Femenino o Masculino?
-Sexo: Mujer.
- ¿Por qué Mujer y no Femenino?
- El femenino, es simplemente un género, que diferencia al símbolo de lo Masculino. El femenino, diferencia a la especie Macho, de la especie Hembra. La mujer es una.
El sexo mujer delimita ideas, pensamientos, vida, cultura, Priva y libera.
- ¿Por qué Priva y Libera?
- Priva. Culturalmente el género femenino se diferencia en su sexo. Desde pequeños, el nacer mujer, marca una historia de roles bien definidos, de espacios a ocupar en la sociedad, de modos de sentarse, caminar, hablar, vestir y hasta Jugar.
No juegan igual los nenes que las nenas, ya que hay juegos rosas y celestes, y más de una vez nos ligamos el reto al son de "Sos una nena, y eso lo hacen los nenes (O viceversa...)", cuando intentamos cruzarnos de color, o mezclarlos en un bello lila.
La niña crece, la mujer crece y las trabas culturales también. Si tu cuerpo se desarrolla ya no podrás sentarte de cual o tal forma, porque hará que se vean tus pechos, si usas pollera camina así, y sentate asá, ni hablar de los juegos "brutos", "ya no sos tan nena, no podés jugar así con varones porque...", y así arranca el sin fin y eterno bagaje de peros, tabúes y normas que no acompañan en nuestro "crecimiento" como mujeres, para llegar a ser la "Mujer hecha y derecha".
Por suerte muchos de estos términos hoy suenan graciosos y más de uno se animó a extirparlos, y no tan por suerte, más bien, gracias a que el pensamiento avanzó en aquello se ha podido. De todas formas, la mujer sigue en continua lucha con sus "deberes" culturales, con su rol social y las miles de condiciones que tiempo a tiempo fuimos acrecentando con el objetivo de generar una imagen más aceptada por la gran mayoría.
El tacón alto, el corpiño ajustado, el talle menos en el jean, depilación, relleno en el busto, trusas, medias realzantes, entre muchas torturas más, que aceptamos y hasta elegimos!.
Es muy llamativo el cómo nosotras mismas insistimos en taparnos y ser bellas muñecas plásticas, muñecas lisas, "puras", asexuadas.
Como sigue latente esa idea de sexo sucio e impuro, que hay que esconder, pero qué es lo impuro, qué es lo sucio. Nada más alejado de ello que el acto sexual, pulsional, innato y tan propio del ser desde su comienzo, sin mencionar que nace del mismo.
Como nos cuesta, como mujeres dar el paso al costado del rol impuesto, ser naturalmente sin tabúes, sentarnos como nos plazca y caminar a nuestro antojo. Qué difícil se nos hace el no llevar la mochila del hogar, de su cuidado, del pensar que si algo falla en él, es porque algo te has olvidado de hacer, o dejaste al descuido.
Que costoso es desprender de tabúes nuestro sexo: mujer, de vivirlo en libertar, de desearle sin vergüenza, de apasionarse y acrecentar la vida del mismo. Más aún lo es convivir con nuestro cuerpo, quererlo tal cuál es, cuidarlo, tocarlo, verlo, vestirlo a nuestro antojo y disfrutar su desnudez.
Quizás sea nuestra nueva “tarea”, el liberar el sexo de sus tabúes, el desatar el cuerpo de los dichos y modelos, el vivir el sexo sin géneros. El ser mujer en su plenitud. 

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